Géneros: misterio, young adult, romance
Páginas: 352
El lunes por la mañana cinco estudiantes fueron castigados. Horas más tarde, solo salieron vivos cuatro.
Todo el mundo tiene secretos, ¿verdad? Pero, ¿qué serían capaces de hacer para protegerlos?
Simon Kelleger fue demasiado lejos al contarle a todo el mundo, a través de una App, los secretos más íntimos de sus compañeros de clase… Ahora que Simon está muerto solo queda un gran secreto por desvelar.
Tenemos cuatro sospechosos y os proponemos un reto: ¿averiguaréis quién lo asesinó?
Este libro lo descubrí súper random a través de una publicidad de instagram. Nunca había escuchado de él ni de su autora, hasta entonces. Sin embargo, algunos de ustedes ya me han de conocer un poquito y saben que no me puedo resistir a este tipo de sinopsis. Es decir, me está retando a leerlo, ¿cómo demonios le digo que no a esa última oración?
No podía. No quería.
Así que me adentré en esta intrigante y adictiva historia para resolver el misterio de la muerte de un estudiante de secundaria odiado por todos, Simon Kelleger.
Y wow, valió la pena.
Una extraña broma hace que cinco estudiantes de los grupos sociales más diversos terminen en detención después de clases.
Addy, Cooper, Nate, Bronwyn y Simon.
Estos primeros cuatro chicos no tienen ningún interés común, ningún lazo de amistad o cercanía, nada más que acudir a ciertas clases juntos. Lo único que al parecer comparten es esta aversión por la famosa aplicación de Malas Lenguas, creada por Simon, en donde secretos íntimos e incluso algo perturbadores salen a la luz en la escuela después de que Simon los descubra y exponga sin ningún remordimiento.
Todos odian a Simon, evidentemente. ¿Cómo no hacerlo cuando, para él, destruir la reputación de una persona por puro despecho no es nada grave? Simon es este chico marginado que no tiene verdaderamente ningún amigo o pasatiempo. A menos que meterse en la vida de las demás personas sea algo así como un pasatiempo.
Está enojado, resentido, agobiado. Odia a sus compañeros por excluirlos, los critica por sus malas decisiones y por ello los castiga exponiéndolas, pero al mismo tiempo desea ser como ellos, desea pertenecer.
Es bastante triste si te pones a pensar en ello.
Nate, por su parte, más que un marginado, es de estos chicos que se aíslan solos. Él es el chico malo de la moto, el que todos los días está en detención, al que no le importa nada ni nadie. Su vida ha sido una porquería desde que era niño, así que sus malas decisiones son los efectos de la negligencia y mala crianza.
Nunca ha intentado ser lo mejor de sí mismo porque, para Nate, no hay nada bueno en él. Encima de todo, está al borde de ser ingresado nuevamente en la correccional de menores, pero eso no le impide seguir cometiendo delitos para sobrevivir. Ha salido más veces en Malas Lenguas de las que puede contar, pero no le importa.
Nate es nuestro chico malo, listillo, profundo, oscuro e interesante. El chico inseguro que cree que no merece salvación, y probablemente de los personajes más interesantes de la historia. Es más inteligente de lo que demuestra y sus sentimientos, si bien ocultos, son muy hermosos.
Bronwyn, en el otro extremo, es el cerebro de la escuela. La chica aplicada que tiene grandes metas en la vida y nunca se atrasa en sus asignaciones. La inteligente, la buena y el ejemplo a seguir de todo estudiante. Nunca ha cometido un error, un paso en falso, a menos no que la gente sepa. Por ello nunca ha salido en Malas Lenguas, y nunca saldrá, siempre que se mantenga alejada de Simon.
Cooper es el chico popular que todo el mundo ama. El ejemplo de la perfección: jugador perfecto, atleta destacado, tiene la novia más hermosa del instituto, así como el grupo de amigos más increíble... No le falta nada, así que tampoco tiene por qué salir en la horrorosa aplicación de Simon. Su secreto, si es que existe, está bien escondido.
Si esta fuera una película cliché de horror adolescente, ¿quién me faltaría? Ya tenemos a la nerd, al popular, al chico malo, el marginado que todos odian…
Pues sí, nos falta la chica sexy popular.
Esa sería Addy, lo único que, por muy hermosa que esta niña sea, no es para nada el estereotipo de chica popular en el que seguro están pensando. Addy es sumamente insegura y dependiente. Más que tener amigos, es aceptada en el grupo de amigos de su novio, también popular y mejor amigo de Cooper.
“Se comporta como si no existiera, y empiezo a pensar que, quizá, tiene razón. Porque, ¿si no soy la novia de Jake, quién soy?”
Al principio, este personaje se me hizo tan horriblemente tedioso. Tenía muy poca personalidad, era muy poco autosuficiente. No hacía nada más que llorar y reprocharse a sí misma, dejarse ser usada y tratada como a un trapo, manipulada y controlada emocionalmente como si no tuviese libertad para ser ella misma.
Así que pueden sorprenderse cuando les digo que, mientras más me adentraba en la historia, Addy terminó siendo mi personaje favorito.
Me encantó el crecimiento de absolutamente todos los personajes de este libro, pero el que más me gustó fue el de Addy. Esta chica es clave para el desenlace de la historia, y más que eso, ella evoluciona hermosamente. Aprende a amarse a sí misma, a plantar cara ante situaciones tóxicas y peligrosas que le hacían daño.
Me ha gustado demasiado.
Cuando estos cuatro chicos presencian el asesinato de Simon mientras están atrapados en detención, aprenden que, a pesar de sus diferencias, ahora son los principales sospechosos de un crimen. Abordados por la policía y cada día en peores circunstancias, los cuatro se unen para decidir cómo enfrentar la situación.
Cómo descubrir al verdadero asesino.
“—La abogada cuesta un pastón, y no está ayudando en nada. Todo sigue igual.
—Las cosas siempre empeoran antes de mejorar —dice Yaya, plácidamente—. Así son.”
Así es como nos vemos envueltos en todo un misterio, el rompecabezas de descubrir quién está mintiendo, quién mató a Simon, quién lo odiaba lo suficiente como para acabar con su vida...
Pero no es fácil, no cuando todo el mundo lo odiaba, y definitivamente no cuando los cuatro principales sospechosos tenían un secreto lo suficientemente grande como para quererlo ocultar a cualquier costo.
Este libro me ha parecido muy bueno. Lo leí en medio de muchísimo estrés y créanme que me alegró bastante los días. Es una lectura sencilla y rápida, además de interesante. Tiene de todo, incluso algo de romance (con nuestro chico malo Nate, nada más y nada menos).
Definitivamente lo leería de nuevo.
