Reseña de: Heir of Fire- Sarah J. Maas (Throne of Glass #3)

Géneros: fantasía, romance
Páginas: 704
Celaena Sardothien ha sobrevivido a mortíferos combates y a la demoledora experiencia del desamor, pero a un costo indescriptible. Ahora debe viajar a una nueva tierra para enfrentar su más oscuro pasado, una verdad sobre su historia que podría darle un vuelco a su vida, y a su futuro, para siempre.
Mientras tanto, brutales y monstruosas fuerzas se van reuniendo en el horizonte e intentan esclavizar su mundo. Para derrotarlos, Celaena debe hallar la fortaleza no solo para combatir a sus propios demonios internos, sino para vencer al mal que está a punto de desencadenarse.

Pues… vaya. ¿Qué ha sido todo esto? No tengo idea. No sé qué hacer conmigo ni con mis emociones después de terminar esta historia.

Lo único que sé es que la amo.

Después de perder a alguien importante en su vida, otra vez, Cealena ha tocado fondo. Simplemente, se ha rendido. Sabe que nunca pudo con el peso que el mundo estaba arrojando encima de sus hombros, no pudo cuando era niña y definitivamente no puede ahora.

No después de perder a Nehemia, no después de ser traicionada en nombre del amor, no después de ser enviada a un reino lleno de magia a asesinar a un rey que es amado por su pueblo, mientras que ella ha dejado de lado el suyo.

Cealena, la asesina más poderosa de Adarlan, siente que no es más que una niña desmoralizada con demasiadas responsabilidades para su edad.

—Me dejaste —repitió. Tal vez era solamente por el terror ciego que sentía ante el abismo que se abría a su alrededor, pero siguió hablando en voz baja—. No tengo a nadie ya. A nadie.

Tal vez lo he comentado antes, pero amo cuando estas cosas pasan. Amo que los personajes tengan estas crisis existenciales porque siempre son la antesala para una gran evolución personal.

Cealena es fuerte, es asombrosa, es poderosa e increíblemente capaz, pero sigue siendo un ser humano, sigue siendo muy joven. Es normal que tenga dudas, es normal que tenga miedo y se sienta sola.

Demonios, ha sido criada por un asesino, se le ha enseñado a matar, torturar y ser recompensada por ello. Su familia está muerta, su tierra ha sido destrozada, sus recuerdos de infancia están manchados por horrores, al igual que su cuerpo con las cicatrices que permanecerán de por vida.

Es una guerrera, pero eso le ha costado caro. Si no tuviera una crisis como esta, su construcción no sería realista.

Así, en Heir of Fire Cealena se dirige -en contra de su voluntad- al reino de Wendlyn para descubrir cómo destruir el poder maligno del rey de Adarlan antes de que sea demasiado tarde, si es que consigue las fuerzas suficientes para sobrevivir a la reina Maeve, gobernante del reino mágico en Wendlyn, y a su increíblemente gruñón súbdito llamado Rowan, el príncipe hada guerrero de Maeve.

—Eres una inútil.
—Dime algo que no sepa.
—Probablemente —continuó él— habrías sido más útil para el mundo si de verdad te hubieras muerto hace diez años.

Es un completo idiota insensible.

Considerando que esta historia tiene varios años de haber sido publicada, admito que ya conocía el papel de Rowan en la trama. Estaba, de cierta manera, emocionada por su aparición, puesto que sabía que se convertiría en un personaje clave.

Y sabía que su relación con Cealena se definía como un enemies to lovers, un concepto que adoro con locura.

Sin embargo, en este libro no lo he adorado. Pienso que en toda historia de amor-odio existe una línea que divide la enemistad de la crueldad, y Rowan la traspasó completamente. 

Puedo entender que él tenga su propia historia, que tenga sus motivos para ser un imbécil, puedo entenderlo. Pero no puedo justificarlo, y sus respuestas a veces eran… demasiado. Demasiado hirientes, demasiado bajas, demasiado crueles.

No me ha gustado eso, mucho menos en un libro en el que la protagonista, por muy listilla, sarcástica y fuerte que sea, se encuentra en un estado mental que NO soporta este tipo de maltrato emocional.

Lo cual, por cierto, ha sido frustrante. Cealena siempre tiene monedas que devolver para quienes la enfrentan, pero con Rowan, con esta depresión que la domina… bueno, esta vez le han faltado monedas, y eso solo ha hecho que Rowan no me cayera para nada bien.

Tampoco estoy tratando de victimizar a Cealena más de la cuenta, pero es un hecho que ella no está bien, que necesita ayuda, que está en una posición muy precaria, perdida, sola… que todo lo que le ha pasado finalmente le está cobrando facturas.

Que Rowan sea tan rápido en juzgarla, en patear a alguien que hace tiempo está en el suelo, me ha enfurecido. Por ende, prefiero describir a este chico hada en las próximas reseñas cuando deje de estar tan enojada con él.

Aunque no todo ha sido un caso perdido, admito que en ciertas ocasiones sí me ha hecho sonreír un poco. Sin duda es un gruñón insoportable, pero de cierta manera se parece un poco a Cealena, con ese espíritu luchador y ese humor negro.

—Al menos si te vas a ir al infierno —dijo él, y las vibraciones de su pecho retumbaron contra su cuerpo—, estaremos ahí juntos.
—Ya me siento mal por el dios oscuro.

Sí, es muy probable que me termine gustando. Después.

Aunque algunas de las críticas que se han vertido sobre esta historia, principalmente sobre este libro, han sido las relativas a su innecesaria lentitud, debo decir que difiero completamente.

Creo que si quieres leer una historia rápida, en donde toda la trama no se extienda demasiado, lo mejor es buscar un libro autoconclusivo, porque la lógica te dice que si existen siete libros de una serie… bueno, la guerra no pasará en el primero, ni en el segundo, ni en el tercero…

Esta serie no es corta, gracias al cielo, porque tiene un potencial increíble. Este libro es parte de la construcción tan maravillosa que ha hecho J. Maas sobre una guerra épica. Cealena se está preparando para la batalla, pero todavía falta mucho.

La magia aún no existe en Adarlan, el rey todavía tiene oscuros planes que nadie conoce, las llaves del Wyrd siguen perdidas, Cealena aún no controla su magia…

¿Cómo demonios se va a resolver todo eso tan rápido? Honestamente, sería tan decepcionante.

Por eso considero que uno de los logros que hay que aplaudirle a J. Maas es su habilidad para construir, lenta y detalladamente, una guerra sin precedentes. No se le ha quedado ningún detalle, desde que liberó a la mejor asesina del continente de su esclavitud hasta convertirla en servidora del villano… desde que empezó a construir esas extrañas amenazas mágicas, desde que nos fue informando poco a poco la verdadera historia de Cealena…

Es obvio que Sarah tardó años creando, puliendo estos libros, organizando la información que dejaría entrever en cada uno de ellos. Yo he disfrutado cada palabra, sin exasperarme en lo más mínimo, porque hasta ahora ha sido adictiva.

Está creando una guerra desde cero, detalle a detalle, y es impresionante lo bien que lo ha hecho.

Poco a poco, estamos conociendo a los guerreros de estas batallas, los conflictos que las han originado, las historias de cada uno de los intervinientes…

Lo cual nos lleva a ciertos nuevos personajes claves de la historia, además del príncipe Rowan: Manon y Aedion.

La historia de la bruja heredera del clan Picos Negros tal vez no haya sido demasiado impresionante, por ahora, pero vaya que es una introducción increíble. Obediente, sanguinaria, asesina… es una máquina de matar que no siente empatía por nadie. Manon es una líder, una guerrera para las fuerzas de Adarlan. Aedion, por otro lado, es también un guerrero de Adarlan, pero además es el primo de Aelin, reina de Terrasen. Dos fuerzas impresionantes de parte del rey tirano.

Y creo que me encantan ambos.

Dorian y Chaol, encerrados en el castillo de cristal, también tienen sus propios problemas. Dorian, una magia extraña que no sabe cómo controlar, y Chaol, tratando de descifrar qué es lo que siente por Cealena y a quién le seguirá concediendo su lealtad. ¿A una asesina impredecible y poderosa, más de lo que imagina, o a un rey psicópata?

—Ella no se estaba convirtiendo en nada distinto a lo que siempre fue y lo que siempre tuvo la capacidad de ser. Tú solamente estabas viendo todo al fin. Y cuando viste esa otra parte de ella… —dijo Dorian en voz baja. […]—. No puedes elegir qué partes de ella amar.

Chaol se está dirigiendo en picada hacia un lugar bastante oscuro. Me ha roto el corazón, no mentiré, porque su personaje me encanta y en este libro es difícil reconocerlo.

Dorian, en cambio, ha crecido bastante. Me lo he encontrado más maduro, más increíble. Realmente me encanta este chico. Creo que es tan injusto que lo dejen de lado la mayor parte del tiempo, él es igual de valiente y poderoso que todos, pero es al que más mienten, ¿solo porque es el rey y deben protegerlo? Nunca entenderé de qué demonios te protege la ignorancia.

Espero que Dorian reciba de una vez por todas el protagonismo que merece. Porque, realmente, merece MUCHÍSIMO MÁS que ser solo el crush pasajero de la protagonista.

En fin, este libro solo ha demostrado una vez más que la serie sí se puede poner, y sí se pondrá, mejor y mejor con cada página.

Solo les dejo como advertencia que preparen su corazón para el final.

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