Reseña de: ¿Y si Quedamos Como Amigos?- Elizabeth Eulberg
Géneros: romance, young adult
Páginas: 312
¿Pueden los chicos y las chicas realmente ser amigos?
¿O están siempre a una pelea de no volverse a hablar nunca... o a un beso de encontrar el amor verdadero?
Digamos que Macallan y Levi fueron amigos a primera vista. Todo el mundo dice que los chicos y las chicas no pueden ser realmente amigos, pero ellos lo son. Y mucho. Quedan de verse después de la escuela, comparten miles de bromas privadas, sus familias están superunidas... Levi y Macallan sólo son amigos, y están felices así.
Pero, claro, los chicos no invitan a salir a Macallan porque piensan que está con Levi, y Levi pasa tanto tiempo con ella que casi no ve a sus novias. Así que un día comenzarán a preguntarse si no estarían mejor juntos. Aunque quizá eso complique las cosas...
Tal vez no lo han notado, pero cuando termino alguna historia que me saca completamente el aire, necesito leer otra que lo haga entrar de nuevo, que me haga respirar con normalidad otra vez y tranquilice mis nervios y mi corazón, por el bien de mi salud emocional.
Este libro hizo precisamente eso. Tenía todos los atributos para ser una buena historia que pusiera fin a la tormenta que dejó ''La Quinta Ola'' de Rick Yancey dentro de mí. Es un libro increíblemente corto, la versión electrónica creo que solo consta de 200 páginas. Además, su escritura es híper sencilla, con muchos diálogos, volviéndolo así súper rápido y fácil de leer. Es un libro divertido, interesante y se te acaba en dos minutos.
Además, es de Elizabeth Eulberg, la autora de El Club de los Corazones Solitarios. Así que sí, leí este libro sin ninguna objeción y me ha gustado mucho.
Macallan y Levi son mejores amigos. Ellos nos empiezan a contar la historia de cómo se conocieron y cómo llegaron a donde están ahora, por partes. Primero cuenta Macallan, y luego Levi. Así, todo empieza un día en sexto de básica, cuando Macallan le muestra fríamente la escuela a Levi (el nuevo estudiante que llegó a Wisconsin desde California).
Desde pequeña, Macallan ha sido una persona reflexiva y cerrada. Siendo solo una niña afrontó la muerte de una figura muy importante de su familia, por lo que en vez de pensar en chicos, ropa y muñecas, le interesaban más los estudios y cualquier cosa que le proporcionara una distracción duradera. Un distracción de una vida que sólo la entristecía. Hasta que un nuevo chico llega a la escuela. Pongan pausa, no digo que ella lo vio y dijo ''OH DIOS MI SALVACIÓN, desde hoy seré feliz''.
Las niñas de 11 años no son tan cursis, creo.
Macallan fue fría con Levi, pero entonces ellos descubren algo que los unirá de por vida: su mutuo amor por una serie de televisión.
Desde ese día Macallan y Levi son inseparables, aunque sus actitudes sean increíblemente opuestas. Levi es un chico y quiere las cosas cliché que quieren los chicos: videojuegos, un auto, chicas, jugar al fútbol y tener amigotes. O eso es lo que él piensa. Tener a una chica como mejor amiga lo hace reflexionar sobre su vida y definir mejor su personalidad con el paso del tiempo. Él es una buena persona, divertido y tierno.
Y no sé que tienen los Levi's, pero Rainbow Rowel y Elizabeth E. me hacen pensar que si todos los Levi's son así, entonces quiero uno, por favor.
Esta novela plantea una pregunta que causa mucha polémica, gracias sociedad, entre los distintos sexos. ¿Pueden los chicos y las chicas ser sólo amigos?
Pasando páginas, Levi y Macallan nos cuentan todos los desastres que pasaron en su amistad por culpa del amor. La forma en la que cuentan esto es poco elaborada, por lo que el libro pasa más rápido ya que es una historia corta. Es imposible no reírse con las locuras de estos dos personajes, yo sí que me reí mucho; y es que sus diálogos me recuerdan mucho a los que yo misma tengo con mi mejor amigo.
Solo para que tengan una idea, aquí les dejaré algunos.
''Mira, nada cambiará entre nosotros. Te prometo aquí y ahora que estaré contigo pase lo que pase, en las buenas y en las malas. Ni los amigos, ni los chicos, ni los profes ni nada se interpondrán entre nosotros. Y siempre podrás contar conmigo para cualquier acontecimiento social que requiera un acompañante masculino. Dicen por ahí que me las arreglo muy bien.
—No me fío de tus fuentes —una sonrisa asomó a sus labios—. ¿Y por qué crees que nadie querrá salir conmigo?
Negué con la cabeza.
—Que conste que estoy seguro de que los chicos se pelearán por salir contigo, pero no creo que ninguno dé la talla cuando los compares conmigo. Nunca estarán a la altura de tus desmesuradas expectativas.
Me miró imperturbable.
—Lo único desmesurado que hay por aquí es tu ego.''
''—¡Agh! —protestó Ian—. Basta ya con ese rollo. Son demasiado para mí.
—Se refiere a que somos demasiado ingeniosos —apostillé.
—Es obvio —asintió Levi—. ¿A qué se iba a referir si no?
—O quizá quiera decir que somos alucinantes.
—Ése es otro de los adjetivos que usa la gente para describirnos, sí señor.
—Y fabulosos —le recordé.
—Fantásticos.
—Extraordinarios.
—¡Basta!''
''-¿Qué problema tienen los chicos, que siempre están compitiendo, ya sea en la banca o corriendo? ¿Por qué lo convierten todo en un concurso?
-No sé… ¿testosterona?
-Siempre ponen esa excusa para todo.
-¿Ah, sí? ¿Y funciona?
-No.
-Está bien. ¿Y qué me dices de las chicas?
-¿De las chicas? Pues que somos el género superior, obviamente.
-Ya, y tú no estás siendo parcial ahora mismo.
-Pues claro que no. Las mujeres somos racionales y ecuánimes por naturaleza.
-¿Eso lo estás diciendo en serio?
-¿Tú qué crees?
-Ya sabes que a veces no sé si hablas en serio.
-Es uno de los defectos de los hombres.
-Ya, como las mujeres nunca envían mensajes confusos…
-Tienes toda la razón, eso que quede claro.
-No sé ni por qué me esfuerzo.
-¿Ves? Los hombres enseguida tiran la toalla.
-No es verdad.
-En serio, ¿tengo que recordarte por qué estamos hablando siquiera? ¿Quién fue la más madura de los dos?
-Ugh. Tienes razón.
-Ya lo sé.
-Chicas.
-Sí, somos increíbles por naturaleza.''
''—No hables de mí como si no estuviera aquí —gruñó Levi.
—Ándale —agarré su bolsa del almuerzo y los tres nos encaminamos a la cafetería—. Si estás de tan mal humor, a lo mejor prefieres sentarte solo.
—Lo siento —repuso con voz queda—. No quería portarme como un…
Yo fui tan amable de terminar la frase por él.
—Grosero. Desagradecido. Amargado. Un grano en el culo.
—Sí —una sonrisa empezó a iluminar su cara—. Todo eso y más.
Le dejé el almuerzo en la mesa, agarré las muletas y las apoyé contra la pared.
—Al menos lo reconoces. Y también espero que seas consciente de lo increíble que soy yo.
—Desde luego —sonrió mientras sacaba su lonchera—. ¿Cómo pude olvidarlo?
—Pues no lo sé, la verdad —apoyé la barbilla en la mano—. ¿Cómo pudiste?
Danielle gimió.
—No puedo creer lo deprisa que se reconciliaron. Es casi enfermizo, de verdad.''
No se preocupen, hay muchos más.
El caso es Readers que esta es una una historia preciosa. Romántica, simple y graciosa. Es decir, esos diálogos hablan por sí solos.
Y si me preguntas, los chicos y las chicas sí pueden ser solo amigos, incluso mejores amigos, sin necesidad de algo romántico. Ahora, si te gusta tu mejor amigo o amiga, entonces mejor, definitivamente hay más posibilidades de un felices para siempre.
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