Después de mis últimas lecturas, ya saben, fantasía y romance a más no poder; me dije a mí misma que ya era hora de leer algo distinto. 

Estaba de humor para algún libro policíaco de misterio y suspenso, algo así como Crímenes Duplicados (de mis novelas negras favoritas), y pues, oh sorpresa, me encuentro con este libro de -tenía que ser- ¡mi hermosa Jennifer!

Honestamente, ¿sobre qué no ha escrito esta mujer? Jennifer es una de las autoras más versátiles y talentosas que he conocido. Si bien su punto fuerte considero que es la fantasía romántica, que resulta también ser mi género favorito, no puedo quitarle los créditos que se merece por sus otras escrituras que siempre han encontrado la forma de hacerme pasar un buen momento, aunque no sean muchas veces tan asombrosas como uno de sus libros de fantasía.

"Había dos tipos de muerte. La muerte real, como el tipo que sufrió esta pobre mujer, donde el cuerpo, alma y todo se habían ido. Entonces estaba el segundo tipo de muerte, donde el alma era arrebatada, pero el cuerpo continuaba encendido, yendo día a día, solo existiendo en una cáscara de lo que una vez fue.
[…] Yo morí hace diez años."

Sasha fue secuestrada cuando era una estudiante universitaria por un asesino serial que se hacía llamar "El Novio". Cada día estaba más convencida de que, al igual que las otras chicas secuestradas, terminaría muerta a manos de este psicópata. 

Pero entonces escapa, malherida y rota por dentro. Su única opción después de una experiencia tan traumática se vuelve evidente mientras intenta reconstruir su vida: debe huir de su cuidad para intentar ser feliz nuevamente. 

Sin mirar atrás, dejando a su madre, su novio y sus amigos, Sasha se va de West Virginia para empezar desde 0. 

Hasta que, diez años después, regresa. 

Predispuesta a que ha superado lo que pasó y bajo una inestable sensación de seguridad, Sasha regresa a su hogar para ayudar a su madre en la posada propiedad de la familia. 

Diez años pueden cambiar muchas cosas. El Novio ya no es una amenaza en su vida así que, como dijimos todos a final del 2019, ¿qué podría salir mal? 

Ya pueden imaginarse. 

Nuevas muertes azotan la ciudad precisamente cuando llega Sasha, pero nadie repara en la extrañeza de esta situación. Ni siquiera Cole, el agente del FBI quien una vez estuvo y aún está loco por Sasha. 

La verdad es que la historia me ha gustado. Como dije al inicio, pasé un momento agradable dentro de la mente de Sasha. Me ha gustado el hecho de que representa a una mujer fuerte, asustada pero con una voluntad de hierro ante la posibilidad de superar sus miedos. 

Y un punto que quiero destacar, pues tal vez es lo que más me ha gustado de toda la historia, es la relación de Sasha con su mamá. Es muy hermosa. Generalmente, en el young adult y new adult es normal ocultarle secretos a los padres y excluirlos un poco de la vida de los protagonistas porque… bueno, es más "relatable" para la mayoría de las personas, nos identificamos más fácil con esas decisiones, en mi opinión. 

Pero Sasha, quien realmente ya es una adulta, es muy cercana a su madre. Me encanta como en principio puede responderle a su mamá que no está haciendo "nada", pero luego se arrepiente y se abre con ella para pedirle su opinión. 

Puede parecer una tontería, pero es que me ha parecido que hay una amistad muy hermosa descrita allí y eso le ha aportado algo muy dulce al libro. 

Pero ahora pasemos al interés amoroso. Cole, el agente del FBI y también ex novio de Sasha. Si bien ella lo dejó sin una explicación luego de ser secuestrada y mudarse de su ciudad, la conexión entre ambos no se hizo más pequeña con el transcurso de los años. 

Ya saben como son los protagonistas de Jennifer, ¿no? Este chico es un amor, no tengo que esforzarme mucho para describirlo. Es dulce, amable, apasionado, sexy y la quiere proteger con su vida. 

Mi tal vez único problema serio con respecto a Cole fueron las expectativas que me creó con su título de "agente del FBI". Esperaba ver algo en esta historia desde esa perspectiva. No lo sé, más énfasis en perseguir al sospechoso, más iniciativa de Cole por buscar pistas… que el FBI realmente se involucrara en el misterio. 

Pero no fue así. 

Nadie siquiera sospecha de un asesino serial vinculado con la historia de Sasha hasta muy adentrada la trama. Cole no hace nada, absolutamente nada significativo que aporte al misterio y su solución. El FBI en sí no hace NADA. La policía misma no hace NADA. Sí, lo sé, hicieron análisis de pruebas materiales y aseguraron escenas del crimen pero me ha parecido tan… secundario, para cumplir con la burocracia. Poco significativo. 

Creo que, para mí, el punto débil de la historia radica en eso, en lo poco que verdaderamente aporta la fuerza policial, o Cole en especial, como agente del FBI, para resolver el misterio. 

Honestamente, creo que el único que aportó para el misterio fue un periodista, ni siquiera la misma Sasha. Por como iba el asunto, Cole podía ser jardinero y no importaría mucho para el desenlace de la trama. 

Lo anterior me lleva al otro punto débil de la historia: el final es predecible. Y lo digo con plena certeza porque soy la persona más despistada del mundo y casi nunca adivino quién es el culpable, pero incluso yo esta vez me lo sospechaba.

Fue muy obvio.

Dejando eso de lado, ha sido interesante la montaña rusa en la que nos ha hecho subir Jennifer con Till Death. Es una gran opción de lectura para quienes amen el misterio romántico, porque más que una historia de absoluto suspenso este es un libro de romance. 

Pero es uno bonito, que es lo importante.