Géneros: fantasía, romance, paranormal.

Páginas: 375

¿Qué pasaría si hubiera adolescentes cuyas vidas literalmente dependieran de ser una mala influencia para los demás?

Esta es la realidad de los hijos e hijas de los ángeles caídos.

Anna Whitt, hija de un ángel guardián y de un demonio, prometió que jamás haría el trabajo de su padre: corromper almas. Pero bajo la amenaza de demonios susurrantes, Anna hace todo lo posible para mantenerse con vida, incluso aceptar su lado oscuro y ganarse la peor de las reputaciones en el colegio. Su vida nunca fue más sombría.

Tras un inesperado mensaje, Anna se encuentra viajando alrededor del globo con Kopano, hijo de la Ira, en un intento por ganarse el apoyo de otros nephilims y darles esperanza. Pronto descubrirán que la libertad que añoran no podrán conseguirla sin librar una batalla. Hasta entonces, Anna y Kaidan Rowe, hijo de la Lujuria y a quien ella no ha logrado quitar de su mente, deberán superar la más ardiente de todas las tentaciones y enfrentarse a la pregunta más radical: ¿vale la pena arriesgar tu propia vida por la persona que amas?

Las cosas se han complicado un-poco-demasiado-mucho en Sweet Peril, lo cual vuelve este libro tan emocionante. Me ha encantado con la misma intensidad-o más intensamente- que Sweet Evil. 

Anna sabe la verdad gracias a su padre: ella es diferente a los demás nephilims. Sigue siendo hija de un demonio, pero también es hija de un ángel. Esto es algo grande ya que Anna es la única nephilim con naturaleza angelical, lo cual puede ser la razón por la que se le ha entregado la Espada de la Justicia, única arma capaz de eliminar el alma de los demonios. Anna no tiene ni idea de qué se supone que debe hacer con ella, pero algo grande está pasando y ella es la clave, así que debe mantenerse escondida de los duques que, si saben de su naturaleza pura, se desharán de ella sin pensarlo dos veces aunque su padre y sus amigos nephilims la quieran proteger. 

De hecho, así termina Sweet Evil, con unos personajes muy asustados después de que Anna casi es asesinada en la cumbre de los duques, donde solo salió viva gracias a los ángeles guerreros que intercedieron por ella. 

Tristemente, después de la aparición de los ángeles que defendieron a Anna, los duques se vuelven recelosos hacia ella y su padre, el duque Belial, así que se mantienen vigilándola constantemente mediante sus demonios especiales llamados susurradores. 

Si pudiésemos definir en una palabra la trama de Sweet Peril sería en ‘apariencias’. Anna debe fingir, fingir y fingir que no es nada más que malvada, y que está cumpliendo con su deber de llevar a las almas humanas al pecado del abuso de sustancias. 

Esa necesidad de aparentar quien no es lleva a Anna a cambiar completamente su vida, dejando de ser la tranquila e inocente niña estudiosa para convertirse en una fiestera alcohólica que incita a sus compañeros a beber para que los demonios no delaten su naturaleza angelical. 

Etapas que uno vive en la adolescencia. 

Sin embargo, es todo una pantalla. Anna sabe que tiene que mantenerse viva para luchar por ella y todos los nephilims. Aunque no está muy segura de su papel, sabe que algo grande se acerca. 

Algo que me gusta mucho de esta chica es que si bien ella puede sucumbir ante sus tentaciones y miedos, Anna es muy fuerte. Tal vez no sea una luchadora en el aspecto puramente estricto o físico de la palabra, pero tiene una fortaleza mental que he sido capaz de admirar. Está rodeada de demonios, injusticias y negatividad y aún así mantiene su fe y esperanza. 

Es decidida, soñadora, positiva y perseverante. Puede ver lo mejor de las personas e insistir en la victoria aunque el mundo se esté yendo a la mierda. 

Me encanta su actitud. 

Cuando Anna recibe una visita inesperada, las últimas dudas acerca del futuro se aclaran y de pronto entiende cual es su papel con la Espada de la Justicia. Este descubrimiento hace que, con la ayuda de su padre, un duque que es realmente decente y está arrepentido de sus malas decisiones; Anna vuele alrededor del mundo junto a su amigo Kopano, nephilim de la ira, para encontrar otros nephilims de buen corazón que decidan aliarse contra los duques en una inminente batalla por la libertad y la redención. 

Otra pausa (amo las pausas). Es mi momento de hablar sobre un grupo de nephilims que se han robado mi corazón. 

Marna, Ginger, Blake y Kopano son cuatro nephilims amigos de Kaidan, el amor imposible de Anna. Marna y Ginger son gemelas, hijas del duque del adulterio; Kopano es hijo del duque de la ira; y Blake es hijo del duque de la envidia. Las gemelas son sumamente distintas en personalidad, siendo Marna un amor de persona mientras que Ginger es… bueno, Ginger. Digamosle ‘enojona’ para simplificarlo. Blake es una dulzura, no puedo contarles cuánto me he reído con este chico tan simpático y divertido. Y por último, Kopano o como lo llaman, Kope, quien es sumamente reservado y serio. 

No sé por qué Kope no terminó de caerme bien cuando obviamente es un chico excelente. De hecho, puede que su bondad se equipare a la de Anna. No obstante, el hecho de que obviamente desarrolló un crush por Anna sabiendo lo que Kaidan sentía por ella me molesta, ¿no se supone que son amigos? 

El hecho de que Anna transcurra la mitad del libro volando por el mundo con Kope complica bastante la relación entre estos dos, y más que eso, vuelve loco a Kaidan. Es cierto que ellos entendieron la gravedad de que los nephilims tuvieran relaciones, era imposible para ellos estar juntos. Sin embargo, esa imposibilidad no elimina los sentimientos que tienen por el otro. 

Algo que tiene esta trilogía es que el tiempo pasa realmente rápido. Iniciamos a conocer la vida de Anna cuando ella tiene 16, pero los años pasan rápidamente y para los últimos libros los protagonistas ya tienen 18 y 19 años. Mucho más, si contamos la escena final del último libro. 

El punto es que, aunque los años han pasado desde que Anna y Kaidan se conocieron, en Sweet Peril ellos siguen igual o más enamorados. Es cierto que Kaidan aparta a Anna cada vez que tiene oportunidad y nunca revela sus sentimientos, pero sus acciones gritan a los cuatro vientos todo lo que siente por ella. 

Creo que de los tres libros, este es en el que hay más tensión sexual. El va y viene entre Anna y Kaidan es una amplia constante hasta los capítulos finales del libro, pues el miedo por lo que les harían si los encuentran juntos y las inseguridades de Kaidan de no ser lo suficientemente bueno para Anna solo los alejan más. Después de todo Kaidan es diferente a Anna, él es casi un demonio y ella, casi un ángel. 

Puede que pareciera algo exasperante, y ciertamente lo fue, pero disfruté cada escena de estos dos. La necesidad de algo que no pueden tener, la preocupación por el otro, el hecho de que darían la vida sin dudarlo para protegerse, su negativa a estar juntos pero imposibilidad de estar separados… cada cosita exasperante, dulce, incómoda y dolorosa entre estos protagonistas solo hizo que el libro me gustara más. 

Por eso mencioné en la reseña del primer libro que esta historia contenía muchísimo romance, pues Wendy ha sabido como desarrollar el amor prohibido de estos personajes. Ha jugado tan bien con sus pensamientos y emociones que no puedo evitar enamorarme yo misma de estos dos. 

Su amor me ha parecido de lo más puro, hermoso y real. 

Dejando a un lado el aspecto amoroso, en este libro el peligro de los duques se vuelve más palpable. Saben que algo está pasando, lo cual coloca en la mira a los nephilims, y si ya para el inicio de esta entrega el peligro era notorio, para el final del libro es aun peor. 

Sin embargo, a pesar de las muertes, amenazas y sospechas crecientes de los duques, nuestros chicos nephilims no vacilan hacia lo que les depara el futuro: van a luchar cueste lo que cueste, y van a vencer. O eso esperan. 

Así, con la promesa silenciosa de una guerra, termina el penúltimo libro de esta increíble trilogía.