Reseña de: Más que Amigos (Kiss and Break Up)- Ella Fields
Géneros: romance, new adult
Páginas: 304
Peggy Newland y Dash Thane han sido inseparables desde que nacieron. Ella es una chica dulce que sueña con vivir su primer amor antes de acabar el instituto; él, un chico rebelde e impulsivo que hará lo necesario para protegerla de cualquiera. Sin embargo, su amistad empieza a tambalearse cuando Byron, uno de los deportistas más populares del instituto,
y Peggy empiezan a salir juntos.
Pero, ¿una noche lo puede cambiar todo? Tras un beso inesperado, Dash y Peggy deberán descubrir lo que realmente sienten el uno por el otro y lo que quieren de verdad. ¿Serán capaces de arriesgar lo que tienen por convertirse en algo más que amigos?
Me llevé una gran sorpresa con Más que Amigos de Ella Fields, pues cuando leí la sinopsis inmediatamente me dio la impresión de que esta sería una historia dulce e inocente (algo así como ¿Y si Quedamos Cómo Amigos? de Elizabeth Eulberg). Es el primer libro que leo de Fields, así que realmente no sabía qué me iba a encontrar con la historia, pero definitivamente no esperaba lo encontré.
Este libro es intenso.
Más que Amigos no es una historia ‘’dulce e inocente’’, es una historia sexy, llena de drama adolescente, malas decisiones y algunas de esas estupideces que pensamos cuando somos jóvenes. Pero es, también, una historia divertida, interesante y fácil de leer.
‘’Quería un novio, sentirme deseada, experimentar cómo era que otro ser humano te tocase y te mirase de una forma que pintaba el mundo de color de rosa.’’
Ella Fields nos cuenta la historia de Peggy y Dash, dos adolescentes de último año en el instituto, quienes han sido mejores amigos desde antes de aprender a hablar correctamente.
Todos esos años juntos han forjado y fortalecido entre Dash y Peggy una amistad que podría confundirse en un principio con hermandad. Siempre ha sido así: Dash y Peggy. La confianza y amor que existen entre ellos es imposible de improvisar, no es más que el resultado de muchos años compartiendo momentos, insultos, problemas familiares y, en fin, preocupación por el otro.
Sin embargo, ellos no podrían ser más diferentes.
En muchas ocasiones me sorprendía que Peggy y Dash fuesen siquiera amigos cuando discutían tanto. No mentí cuando les dije que podían confundirse como hermanos, porque eso es lo que hacen mejor estos chicos: discutir como hermanos. Dash ama meterse con Peggy, y ella está tan acostumbrada a su personalidad que cualquiera pensaría que dos personas tan distintas y explosivas juntas solo podrían soportarse en razón de un vínculo de sangre.
‘’Dash era un cabrón. Un capullo, un egoísta, un inmaduro y, a veces, retorcido. Pero no solo era eso. Era considerado, listo, generoso y leal a más no poder. Lo había demostrado en más de un sentido al dejarse la piel por seguir siendo el eje principal de mi vida.’’
La cosa es que, a pesar de todo, estos chicos no pueden estar separados.
Peggy es una chica dulce, curiosa y algo ingenua. Es una adolescente feliz con preocupaciones tal vez algo banales, pero considerando que a su edad no ha experimentado lo que muchas de sus compañeras de estudio y amigas sí, sexualmente hablando, se siente algo confundida y con ganas de descubrir lo que sea que se esté perdiendo. Peggy quiere enamorarse, quiere amar a alguien y, simplemente, quiere experimentar, en todo el sentido de la palabra.
El único problema es que nunca ha tenido la oportunidad. Los chicos no parecen interesarse en ella, así que cuando un chico que le gusta empieza a hacerlo apenas puede contener la emoción.
Dash, por su parte, no está muy feliz al respecto.
Este chico fácilmente puede despertar emociones encontradas en los lectores. No es para nada dulce e ingenuo como Peggy, es crudo, sin filtro, mal hablado, controlador, manipulador e inmaduro. No obstante, también es todas esas cosas lindas que dijo Peggy: leal, protector, y ama a Peggy como a nadie más en su vida.
‘’Podrías perderte en una cara como la suya: los pómulos altos, los arcos emplumados de sus cejas y su mandíbula masculina. El hoyuelo y su sonrisa eran una dosis adicional de encanto innecesario.
Pero eran sus ojos. No solo harían que perdieses el norte; te perseguirían hasta atraparte bajo su intensidad.
Dash expele estas vibras inmensas de Bad Boy. A veces quería darle una bofetada por cabrón y pedirle que creciera un poco y dejara de ser tan idiota, pero no les voy a mentir diciéndoles lo que sé que muchos dirán: que es un tóxico, horrible, violento…
Dash es un niño, es joven y, al igual que Peggy, le falta un camino enorme que recorrer para crecer como persona. No obstante, no es una mala persona en absoluto. Es, como tantos de nosotros en su momento, un crío cuya personalidad está en desarrollo.
Cuando Dash le ofrece a Peggy ayudarla con su curiosidad sobre los chicos y la sexualidad, no lo piensa realmente. Un beso entre amigos, para que Peggy esté preparada cuando empiece a salir con chicos y sepa lo que se siente. Eso es todo, ese es el plan.
Así, Dash y Peggy, los mejores amigos desde la infancia, se besan.
Lo que ninguno de los dos esperaba es que las cosas se volviesen más confusas después de algo tan ‘’inocente’’ como un beso. Tanto Dash como Peggy, quien se supone que ha iniciado a salir con alguien, se encuentran confundidos por esos sentimientos extraños a los que no pueden poner nombre.
Y aquí, chicos, empieza tooodo el drama intenso, las peleas, el dolor y la frustrante pero hermosa lucha adolescente cuando se trata del amor y otros sentimientos extraños.
“—Tengo miedo —admití, sin saber de dónde había salido la afirmación.
—Bien. —El cuerpo de Dash estaba increíblemente caliente contra el mío, como si su piel estuviera tratando de tranquilizarme—. Si el amor no te aterroriza, no estás enamorado.”
Peggy y Dash podrían discutir como hermanos, pero era evidente que se querían como más que amigos.
Me encantó el libro. No sé si es porque soy una loca amante del romance, porque leí la historia cuando se acercaba mi cumpleaños y me sentía muy feliz en ese momento, o simplemente porque la historia me atrapó completamente. Tal vez ha sido por todas esas cosas.
Personalmente, encuentro que este libro es bastante completo. Es como una de esas series de drama adolescente que pones en vacaciones, con un helado o una taza de café. Me ha hecho sentir feliz, y eso es lo que espero que los libros me hagan sentir: felicidad pura.
Me reí, me enojé, me frustré, me entristecí… sentí mucho, y los libros están hechos para lograr eso.
Es cierto, en ocasiones podía sentirme algo inconforme debido a la indecisión de Peggy o por la actitud controladora de Dash. Pero… ¿honestamente? Nada de eso me ha impedido disfrutar el libro.
Y en este aspecto quiero resaltar un pequeño punto.
Si no quieres leer un libro en el cual un personaje actúe de una forma que rechaces, eso es una decisión personal. No obstante, pienso que lo importante a la hora de leer cualquier libro es ser consciente de lo que lees. Te puede gustar esta historia aunque ciertos personajes sean manipuladores e insolentes, y aunque digan que los protagonistas personifican una ‘relación tóxica’ (porque ahora casi todo es tóxico), y eso no significa que conviertas esa historia en un estilo de vida.
Lo mismo pasa con la música. Respeto todos los géneros musicales independientemente de que no me gusten algunos. Y sí, hay canciones que me parecen pegadizas y las disfruto muchísimo aunque la letra sea en sí cuestionable. Es posible, sí. Y está bien. Ahora, lo importante es lo que ya dije: estar consciente del significado y no convertirlo en tu estilo de vida.
Tal vez para personas más jóvenes e influenciables la historia pueda hacer una mella preocupante en ciertos aspectos, pero si eres capaz de ser crítico no veo por qué pueda ser un problema leer y disfrutar de esta historia y de sus personajes a pesar de sus fallas. Yo lo hice. Y no, tampoco es que tenga algo por los protagonistas controladores. Sin embargo, me parecen mucho más reales estos protagonistas imperfectos (siempre hay un límite, claro, y en este caso Dash es un niño, no es un monstruo). Hay algo bueno dentro de todo lo malo. Dash no era solo esas malas actitudes, era mucho más, y enfocarse en ambas cosas me parece realista.
Es tan fácil crucificar a alguien que han calificado como malo por aspectos que, al fin y al cabo y en esta historia en particular, me parecen tan irrelevantes. Obviamente los personajes son chicos y aún han de cambiar muchas cosas, aún deben crecer, ¿qué tal si dejamos de exigir perfección y aprendemos a ser críticos? ‘’Esa actitud no está bien’’, ‘’no pienso que eso sea lo correcto’’… Entender esas cosas y disfrutar la historia son cosas que, honestamente, pueden separarse.
Un libro es una cuestión de apreciación subjetiva así como una película, un dibujo o una canción. Podrá ser objetivamente “bueno” o “malo” en aspectos puramente técnicos. Si embargo, en cuanto al mérito nunca podrá estar sujeto a una única apreciación, porque eso es algo que compete a cada persona en particular.
Los gustos no son universales, cada cabeza es un mundo. Es por esto que no puedo comprender a las personas que leen un libro y se refieren a él de manera tan despectiva como si una opinión pudiese constituir un hecho. No, los gustos no son hechos, son opiniones y son variables, y eso está bien. Si no te gustó, está bien. Sin embargo, no por ello el libro es malo o debe ser destruido cruelmente. Las palabras, las historias, no les mueven el piso a todas las personas por igual, y cuando entendamos eso... bueno, avanzaremos como personas en educación, respeto y madurez.
Así que sí, si Más que Amigos llama tu atención entonces lee lo que te haga feliz, para que al final puedas decir ‘’me gusta’’ o ‘’no me gusta’’ por ti y porque es lo que sientes.
0 comentarios