Reseña de: Instant Karma- Marissa Meyer

Géneros: ficción, young adult, romance
Páginas: 480

Pru vive en una ciudad costera y, tras una noche de fiesta con sus amigos, descubre que acaba de adquirir una sorprendente habilidad: desatar karma al instante.
Sin pensárselo dos veces, Pru comienza a usar su nuevo poder para castigar a cotillas que se dedican a extender rumores o a vándalos maleducados… Pero hay una persona con la que no parece funcionar: Quint Erickson, su compañero de laboratorio, que es un vago redomado. Quint es, además de irritantemente atractivo, impresionantemente noble, y resulta toda una experiencia verlo trabajar en el centro de rescate de animales marinos.
Cuando Pru se resigna a trabajar en el centro de rescate por un crédito extra, comienza a descubrir cosas acerca de las crías de nutria, de los desastres medioambientales y de cómo funciona el amor… no necesariamente en este orden. Sus nuevas habilidades pronto le mostrarán lo fina que es la línea entre la virtud y la vanidad, entre la generosidad y la avaricia… el amor y el odio… y el destino. 

Instant Karma es el primer libro que leo de Marissa Meyer, así que lo empecé con muchísima ilusión. He escuchado tantas maravillas de esta autora, específicamente en lo que respecta a su serie "Las Crónicas Lunares", que no tengo idea de por qué he tardado tanto en leer algo de ella. 

Marissa es una autora muy talentosa. Describe perfectamente los escenarios a los que nos transporta y las emociones de su personaje principal, a través de quien se nos cuenta la historia. El romance se construye lentamente, pasando primero por el odio, luego por la amistad y finalmente por el amor romántico. Además, la trama es muy conmovedora y hasta educativa. 

Ha sido una historia muy bonita, adorable, tierna… dulce. Creo que a los chicos entre catorce y dieciséis años les encantaría esta historia, definitivamente era el tipo de libros que me gustaba leer cuando tenía esa edad. Y ahora también, aunque admito que no en la misma medida que cuando era más pequeña. 

Prudence es una perfeccionista. Creo que esa es la mejor característica que define a Pru, aunque bien podríamos mencionar muchas otras: controladora, prudente, algo odiosa, organizada y bastante, bastante prejuiciosa. 

— [...] Quiero ser alguien amable y comprensiva. El tipo de persona que ve lo bueno en otras personas, en lugar de… emitir juicios todo el tiempo. —Sonrío con tristeza—. Y cuando estoy contigo, me parezco más a esa persona.

Volvamos a la característica que mejor la define. El hecho de que sea increíblemente perfeccionista siendo estudiante de secundaria significa que no habrá un trabajado académico en el que esta chica no de lo mejor de sí para sacar las mejores calificaciones. Es simplemente su forma de ser, le gusta estudiar, planificar y hacer las cosas bien. Es, de hecho, una chica muy lista y competente. 

Pero todo esto tambalea horriblemente cuando Pru se ve obligada a trabajar como compañera de Quint en su proyecto de biología marina. Al final, decide hacer las cosas por su cuenta, porque para ella lo peor que ha podido pasarle en la vida ha sido ser emparejada con el irresponsable, descuidado, desconsiderado y arrogante Quint. 

Las cosas no salen muy bien, de manera que ambos se ven involucrados en el desarrollo de un nuevo proyecto si quieren subir sus calificaciones, pero parece imposible hacerlo cuando ninguno de los dos puede dirigirse la palabra sin insultos de por medio. 

Hora del paréntesis. 

Hablemos un poquito de Prudence. Esta chica es algo difícil, si soy honesta. No me cayó horriblemente mal, pero sí es un poquito pesadita. Y que conste, la entiendo un montón porque cuando a estudios se refiere siempre he preferido trabajar sola. Tal vez no sea tan perfeccionista como esta chica, pero sí entiendo su necesidad de organizarlo todo y hacer las cosas bien. 

Lo que me ha complicado simpatizar con ella es su egocentrismo y carácter prejuicioso, porque entiendo que hay que serlo para siempre señalar los errores de los demás, pero ignorar los tuyos. Sin embargo, lo mejor de estos personajes imperfectos es su posibilidad de mejora, y en ello Marissa ha hecho un gran trabajo. 

Quint, por su parte, tampoco me ha caído demasiado mal. Es un niño, sin duda es un niño muy inmaduro todavía y solo por eso le perdono, al igual que a Pru, sus épicas metidas de patas. A pesar de ello, es muy sensible y dulce.

De la nada, nuestra protagonista recibe la extraña habilidad de otorgar karma instantáneo a las personas que le rodean. Esto es lo último que su ego necesita: creer que sus prejuicios son retribuidos con la habilidad de castigar o recompensar a aquellos que cometen malas y buenas acciones. 

Sin embargo, esto no funciona en su odioso compañero de clase. ¿Por qué, si para ella es de lo peor? ¿Por qué, si en todos los demás sí funciona? 

Así se va desarrollando la trama, con esta chica repartiendo karma mientras intenta encontrar la forma de trabajar con el chico que detesta en un centro de rescate de animales.  

Instant Karma me recuerda a una relectura que tuve hace unos meses de un libro de Kelly Oram llamado The Avery Shaw Experiment. No porque se parezcan, no se parecen en nada; pero cuando tenía 14 años ese libro me encantó como no se hacen una idea. Sin embargo, cuando lo releí en mis recién cumplidos 22 años de edad, me desilusioné muchísimo porque no encontré ese mismo sentimiento de adoración que cuando lo leí siendo más joven. 

Creo que con Instant Karma ha pasado algo similar. El libro es muy bueno así que no me ha decepcionado, pero sí es una lectura que, ahora mismo, no me atrapa de la misma manera. Tal vez es porque me ha parecido un poquito infantil, considerando que estoy acostumbrada a fantasías o romances calificados para un público más adulto. 

Además, no les mentiré, leí como dos libros más antes de terminar este porque llegó un punto muerto en la historia en la que ya no tenía ganas de continuarla. Me aburrí, simplemente. 

Al principio pensé que la habilidad kármica de Pru sería un aspecto que me mantendría muchísimo más enganchada en la historia, pero si soy honesta creo que muchas veces este poder estaba de más, incluso parecía algo forzado. Sin Pru repartiendo el karma, la historia hubiese seguido su curso normal, al final ha parecido solo un aspecto para hacer la historia más atractiva. 

Sin embargo, la lectura es refrescante, es como una salida al cine en familia. No ha estado mal, así que anímense y comenten qué tal les ha parecido. 

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